¿A las horas en que las palabras callan,
y donde las voces enmudecen!
¡Donde queda en suspenso el mundo,
y toman el control las emociones!
Para pintar con los ojos cerrados después,
aquello que no pudieron tocar las manos.
A esas horas que se pesan en suspiros,
que transcurren entre dos mundos,
y que son el puente por el que regresan
dulces y apaciguadores escalofríos.
¡A esas horas pinto su voz en imágenes!
Para que se oigan cuando
su mensaje sea más hermosamente necesario.
A esas horas que nunca nos piden,
nada más que desnudarnos en ellas,
para que podamos vestir
durante un rato nuestro corazón.
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16 de Septiembre, Burgos (España)
– La parada del Stormchaser –